1. Crecimiento Espiritual: A través de la exploración de la montaña, de la contemplación de los paisajes, podremos ver cómo la tierra, los ríos, los árboles, los animales… todo nos habla de un Dios Padre que ha querido regalarnos la belleza de este mundo por puro Amor. Descubrir la naturaleza, conocerla más a fondo, permitirá conocernos mejor a nosotros mismos, conocer a Dios y, así fortalecer nuestra experiencia de Dios y reflexionar sobre la belleza de Su creación.

“Querría, si mis estudios me lo permitiesen, pasarme jornadas enteras sobre los montes para contemplar en aquellos aires puros la grandeza del Creador”.

2. Compañerismo y Amistad: Tendréis la oportunidad de conocer a compañeros que no se conforman con una vivir a medio gas, sino que quieran saborear y gustar al máximo la vida. Aprenderemos el regalo que es el otro, el amigo, el compañero, para caminar las dificultades y para compartir las alegrías. Por eso, subimos juntos, en grupo, a la montaña, porque nos ayudamos en el camino y descubrimos el bien que son los demás, para animarnos y llegar a donde solos no podríamos haber llegado. Vivir sabiendo que somos parte de una comunidad.

3.Desarrollo Personal: Afrontar desafíos en la montaña fomentará la fortaleza, la perseverancia, la humildad y la gratitud, virtudes que nos construyen como personas y nos ayudar a crecer personalmente.

“La ardua majestuosidad de las cumbres estimula a poner de manifiesto los valores de tenacidad y humildad, indispensables para afrontar la vida de cada día y escalar con ardor la alta montaña de la santidad”.

4. Diversión y Aventura: Como consecuencia de todo lo anterior, en nuestro grupo experimentaremos la verdadera alegría, divirtiéndonos y disfrutando al máximo de la aventura que se nos presenta. Nuestras excursiones están diseñadas para que disfrutemos y nos lo pasemos bien. Siempre con prudencia, pero ayudando a superar retos, de forma que habrá experiencias emocionantes para todos los que vengáis.