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Artículo de opinión

Palabras dirigidas a los bachilleres durante el Acto de Graduación

Por la Comunidad ECR del colegio

Palabras dirigidas por M. Mª Jesús Campo ECR a los alumnos de 2º de Bachillerato el día de su graduación, celebrada el miércoles 14 de mayo de 2025:

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Ha llegado el día, estáis aquí con todas las personas que os hemos acompañado a lo largo de estos años, por eso FELICIDADES, ENHORABUENA. Es un día de un inmenso AGRADECIMIENTO.

Si, hoy os vemos rebosando de alegría y agradecimiento y no es para menos, ha valido la pena el esfuerzo, la disciplina, los madrugones y noches sin dormir en días de exámenes,… porque lo que cuesta, a la vez que nos construye, nos hace conocernos a nosotros mismos, nos hace madurar como personas.

El colegio además ha sido para vosotros vuestra segunda casa, el lugar donde habéis pasado gran tiempo de vuestra vida, en los años en los que se edifican y cimientan los grandes pilares de la vida: amistades, que os acompañarán siempre, aprendizajes que orientarán vuestro futuro, capacidades y habilidades que habéis descubierto y os hacen ser tan singulares como sois, y cómo no, en el centro de vuestra vida la fe, que es el gran timón y el ancla de la vida: el cariño a Nuestra Madre María, que con tanto cariño habéis llevado tantos años como hoy  en la capilla, el conocimiento y amor a Jesús, a la Iglesia. ¡Cuántas Eucaristías, oraciones, confesiones,…! Aquí muchos de vosotros habéis hecho vuestra Primera Comunión, Confirmación… quién sabe si algún día os casaréis también aquí. La interioridad y presencia de Dios que nos ha enseñado D. Pedro Legaria es uno de los grandes tesoros que os ayudarán toda la vida.

Muchos de vosotros llegasteis al colegio  siendo niños, aprendiendo a hablar, a dar los primeros pasos y ahora voláis a la vida, casi convertidos en hombres y mujeres con grandes sueños, equipados con buenas herramientas y unos buenos cimientos que os capacitan para la siguiente etapa vital.

Y en esos cimientos está el espíritu Cristo Rey que deseamos impregne toda vuestra vida y se manifieste en una gran capacidad de servicio, colaboración y entrega a los demás, humildad y alegría, fe y compromiso en favor de los más vulnerables y necesitados.

En vuestros padres y familia, en el colegio, y con el ejemplo de vuestros profesores, monitores y hermanas habéis descubierto que solo vale la pena vivir en actitud de servicio, porque quien no vive para servir no sirve para vivir. 

Y esto sólo brota de un corazón agradecido. Porque cuando uno cae en la cuenta, reconoce que es depositario de tantos dones, de tantos cuidados, atenciones, desvelos, de tanto amor recibido, lo que brota es el agradecimiento y el deseo de darse a los demás de una manera gratuita, desinteresada.

Podemos pensar que lo contrario de la gratitud es la ingratitud, el no reconocimiento del bien recibido, pero no, el polo opuesto a la gratitud es el narcisismo, o la incapacidad para percibir el desinterés de los demás, El narcisista tampoco puede actuar sin mirar su propio interés.

Y esta, por desgracia es una de las grandes enfermedades de nuestra sociedad, el narcisismo, con estas tres características: una imagen distorsionada de uno mismo, un notable exhibicionismo y la incapacidad para la empatía

Recordemos el cuadro de Caravaggio, que pinta un hermoso Narciso amable que contempla, arrobado e inocente su imagen en el lago, como escrutando qué piensa y siente ese otro yo que le mira desde el fondo. Es la suya una visión muy ingenua. El narcisista es incapaz de sentir empatía: simplemente no puede reconocer, y mucho menos identificarse con los sentimientos de ningún otro que aparezca en el horizonte. Puede ser una persona de éxito social, puede ser incluso muy eficaz. Su problema está en que pondrá siempre su éxito al servicio de su reconocimiento, de su exhibicionismo, buscando la aprobación ajena.

Por eso hoy se hace más necesario que nunca el trabajo y aprendizaje de aquellas actitudes opuestas al narcisismo que nos hagan tener una mirada compasiva sobre nosotros mismos, el mundo y los demás. La gratitud es sin duda alguna una de ellas. El que agradece es capaz de apreciar lo que los demás hacen por él, valora la ayuda de los otros porque sabe que los necesita, que solo no puede conseguir lo que se propone y cuenta con ellos, pide ayuda. 

Hoy decíamos que es un día de inmenso agradecimiento pero queremos que salgáis de aquí con este tesoro en vuestro corazón: haciendo del agradecimiento una actitud y virtud en vuestra vida que provoque en vosotros una atención a los detalles y regalos que los que nos rodean y la vida nos ofrece. Que conservéis muy viva la memoria del corazón, es decir, que cultivéis pensamientos y sentimientos de gratitud. Y sigáis siendo con vuestra disponibilidad y actitud de servicio un don, un regalo para los demás; esto  provocará en los otros la misma respuesta agradecida.

Hoy es un día de agradecer, de caer en la cuenta de tanto como habéis recibido, todo eso no desaparecerá de la memoria del corazón y os convertirá en buena palabra, alegre y desinteresada para los que os encontréis por el camino. Llevad este espíritu de Cristo Rey allí donde vayáis y sed buena noticia, viviendo la alegría de Jesús, que dijo que hay más alegría en dar que en recibir. 

Palabras dirigidas a los bachilleres durante el Acto de Graduación

Por la Comunidad ECR del colegio

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