Artículo de opinión
Un mismo corazón, muchos caminos
Por Jesús Heredia, profesor y tutor en 4º ESO
Como cada primavera, un grupo de alumnos de cuarto de la ESO hemos emprendido esta aventura que va más allá de una simple excursión o una actividad escolar. Se trata del Camino de Santiago, una experiencia que, con el paso de los años, se está consolidando como uno de los momentos más significativos de toda la etapa de Secundaria.
Aunque partimos juntos, caminamos a ritmos distinto en lo físico y lo espiritual. A lo largo de las etapas cada alumno va haciendo su propio Camino. Unos charlan y ríen, otros prefieren caminar en silencio. Algunos sienten que sus pasos les conectan con algo más grande, otros simplemente disfrutan del paisaje y de la convivencia. Y es que, aunque la ruta es la misma para todos, el sentido que va cobrando en cada uno es profundamente personal.
A lo largo del Camino, nos enfrentamos a pequeños retos que les enseñan lecciones que no caben en un aula: el valor del esfuerzo, la importancia de ayudar al compañero, la paciencia, la gratitud, el silencio. Aprenden a madrugar, a esperar, a escuchar, a cuidar de los demás. Aprenden a mirar más allá de sí mismos.
Pero lo más bonito es que, a pesar de la diversidad de vivencias, hay un espíritu común que nos une: el espíritu del Camino. Ese ambiente de fraternidad, de acogida, de respeto, que se respira en cada albergue, en cada saludo de «¡Buen Camino!», en cada comida compartida al final de la jornada. Ese espíritu que nos recuerda que estamos hechos para caminar juntos, aunque cada uno desde su historia, su forma de ser, sus preguntas y sus sueños.
Para muchos, esta experiencia se convierte en un punto de inflexión. Al volver, algo ha cambiado. No solo han caminado kilómetros, han caminado hacia dentro. Por eso, el Camino de Santiago se ha ganado, con justicia, un lugar especial en la vida del colegio. No es solo una actividad más del curso, sino una oportunidad única de encontrarse con uno mismo, con los demás y, para quien quiera, con Dios.
En lo personal agradezco a Dios y al colegio que me haya permitido compartir esta experiencia un año más. Gracias a Juan Pablo y a Mariate por su generosidad y entrega.
Un mismo corazón, muchos caminos
Por Jesús Heredia, profesor y tutor en 4º ESO