Enero nos regala la oportunidad de comenzar un nuevo año y de que se pueda dar un inicio en nuestras vidas. Estos últimos años los hemos ido viviendo en el colegio pidiendo una gracia especial para cada curso: 2022: un año lleno de promesas / 2023: un año lleno de fe / 2024: un año lleno de Luz.

Hoy queremos pedir el don de la luz porque acabamos de vivir la Navidad, donde contemplamos a Jesús que es la luz que, viniendo a este mundo, ilumina a todo hombre (Jn 1,9). Cristo es luz, sin tiniebla alguna (1 Jn 1,5). El mismo Jesús nos dice: Yo soy la luz, el que me sigue tendrá la luz de la vida (Jn 8,12).

No es lo mismo caminar cuando tenemos luz y vemos el camino, que caminar cuando no la tenemos… Todos hemos tenido esta experiencia de tener que encender todas las luces para encontrar algo…y en la noche tener que encender una luz para ver; podemos ser muy inteligentes, tener grandes talentos y dones, pero si estamos en la oscuridad no vemos la guitarra, no encontramos la partitura, no podemos poner en juego todas nuestras potencialidades. Por tanto, nuestra salvación es estar en la luz, vivir en la luz, caminar hacia la luz. Así podemos caminar, crecer, alcanzar la excelencia y la plenitud a la que aspiramos, y la libertad de la verdad.

Platón, en el mito de la caverna, llama la atención sobre los que están dentro de la cueva; ven sólo las sombras y caminan con la luz creada de una fogata, en contraposición a los que salen fuera y tienen que superar el resplandor inicial y descubren la luz verdadera natural. Podemos tener luz artificial, pero siempre caminaremos dependiendo de objetos, sin ser libres.

Por eso, este año pedimos la gracia de descubrir dónde está la luz, dónde están las verdaderas, para caminar a su luz. A través del estudio, de las materias, de las prácticas educativas, de las relaciones, de todo lo que el colegio nos ofrece, podemos descubrir luces y abrirnos a la verdad y al bien. Este es nuestro deseo y el reto que os proponemos para este año 2024: un año lleno de Luz.